Árboles con Historia


Las Secuoyas gigantes pueden alcanzar los 130m de altura y 5m de diámetro en su base...

Baobab. El tronco puede alcanzar los cuarenta metros de circunferencia. Algunos baobabs se ahuecan en la madurez y se convierten en grandes depósitos en los que se pueden almacenar más de 6.000 litros de agua.

Araucaria de Chile. Es un árbol que en su lugar de origen puede alcanzar los 50 metros de altura y una longevidad de hasta 1.000 años. La corteza segrega una resina blanquecina que los indios araucanos usaban como medicamento.

Abeto del Cáucaso. Es original de la parte occidental de la cordillera del Cáucaso y de las montañas del norte de Asia Menor. En el monte Ararat (Armenia), donde el Libro del Génesis identifica esta montaña como el lugar en el que se posó el Arca de Noé después del Diluvio Universal, se encuentra abundantemente, por ello se dice que allí se encontraban los jardines del Edén.

Ahuehuete. Es un árbol que puede alcanzarlos 37 de altura originario de Méjico. En Santa María de Tule existe un ejemplar que mide 41m de altura, 14 metros de diámetro y 36 de perímetro, con una edad aproximada de 2.000 años. En la ciudad de Méjico, se encuentra el conocido árbol de Montezuma, con 52 metros de altura. Los aztecas empleaban su resina para curar heridas.

Cedro del Líbano. En el Viejo Testamento existen numerosas referencias a los majestuosos bosques del Líbano. Según la ley de Moisés, la madera de cedro era muy utilizada por los israelitas en sus ofrendas. Cuando el rey Salomón decidió construir su famoso templo de Jerusalén, envió una petición al rey Hiram de Tiria, solicitándole cortar árboles. Éste aprobo su demanda y el rey envió tres grupos de 10.000 hombres al Líbano para su extracción. Los árboles fueron enviados por barco a Palestina y el rey Salomón le dio a cambio grano, aceite de oliva y oro. Los egipcios utilizaban su madera para construir sus barcos y palacios, así como sus cámaras funerarias. Así mismo se empleó en la construcción el gran palacio de Persépolis en Mesopotamia. El emperador romano Adriano (76-138 d.C.) ordenó su protección ante la constatación de los extensos bosques, constituyendo ésta una de las primeras actividades de conservación de la naturaleza en la historia.

Pino Silvestre. Para los celtas tenía la más dulce de las maderas. Era considerado como de mal augurio en el folklore, pues se decía que los espíritus demoníacos vivían en él. Por ello, mezclaban sus acículas con hojas de enebro y las quemaban para purificar sus hogares, ahuyentando los malos espíritus. Con el Pino Silvestre de Rusia se fabrican los mejores mástiles de barco. En Noruega existen Iglesias construidas con esta madera con más de 800 años de antigüedad. Es la madera más apreciada para leña de las pineáceas.

Pino Carrasco. Aparece en múltiples leyendas, es citado en la Biblia y en la Mitología griega se dice que el guardián de la vida. Se dice que Plinio (23-79 d.C.) denominó islas Pitusas a Ibiza y Formentera por estas pobladas por dicho árbol.

Álamo Temblón es la especie de álamo más extendida en el planeta. En la mitología celta, se llamaba aeda, que quiere decir “el que evita la muerte” y se decía que en el susurro de las hojas, cuando sopla el viento, se oyen las voces del mundo de los espíritus. Su madera fue muy utilizada por los celtas para la elaboración de escudos, que consideraban les protegían de la muerte y sus vibraciones transmitían valentía y audacia.

El tronco de los Baobas adultos puede llegar a almacenar 6.000 litros de agua.

Secuoya. Es considerado el árbol gigante del reino vegetal, con referencias a portes de 130 metros de altura y 5 metros de diámetro del tronco en la base. Algunos ejemplares han superado los 3.000 años de edad. El filósofo húngaro Stephen Endlicher lo denominó Sequoia en honor de un jefe cherokee, de nombre Secuoyah, quien publicó grafismos que permitieron interpretar el idioma de esos indios. Curiosamente, este indio jamás vio este árbol. Una variedad, la secuoya gigante, cuenta con 4.500 años de edad pero el record de longevidad en el mundo vegetal lo ostenta una conífera de Tasmania con más de 5.000 años.

Secuoya de Hojas Caedizas. Especie originaria de China, procede del periodo Plioceno (hace 2 millones de años).

Cedro del Japón. Los poetas japoneses le denominan el héroe de los bosques porque se dice que no cesa de luchar contra las tempestades.

Ciprés Común. Originario de Persia, puede alcanzar 30 metros de altura. Simboliza la unión entre el cielo y a tierra por su porte columnar, siendo considerado símbolo funerario. Se dice que su elevados portes siempre permanecen verdes (vivos) y por ello las almas de los muertos pueden elevarse al cielo. La Biblia lo cita, en una de las ocasiones, por su madera utilizada en la elaboración del Arca de Noé. Fue utilizado por las antiguas civilizaciones mediterráneas para la construcción de sus barcos.

Libocedro. Este árbol puede superar los 45 metros de altura. Una de sus utilidades más curiosas es para la fabricación de lapiceros. Su corteza se quemaba como incienso de ahí que sea también denominado como cedro del incienso. También se utilizaba para hacer velas, cuerdas, etc.


El Ginkgo biloba es el árbol vivo más antiguo sobre la Tierra con 250 millones de años...

Tejo Común. Común en Europa, norte de África y oeste de Asia, su madera es dura y de excelente calidad, resistiendo la intemperie. Fue muy utilizada en la Edad Media para la manufactura de arcos por su elevada elasticidad. Por su longevidad se le ha considerado símbolo de eternidad y en la mitología escandinava se le consideraba el árbol del mundo. De ahí viene la costumbre se plantarlos en los cementerios. Debido a su elevada toxicidad, era utilizado para impregnar las puntas de la flechas.

Nogal. Desde los tiempos de los griegos ha tenido alto valor, no sólo por sus frutos comestibles (nueces), sino por sus propiedades medicinales. En la antigüedad era considerado símbolo de fertilidad por lo que era costumbre esparcir sus hojas en las bodas. También fue considerado de contacto con el diablo, por lo que era peligroso estar debajo de él. La madera de su variedad americana se utilizó en la Primera Guerra Mundial para la fabricación de hélices de aviones.

Tuya. Su vida media es de entre 200 y 500 años, aunque hay ejemplares que se cree que tienen entre 800 y 1.000 años. Quizás por ello, en su lugar de origen se le conoce como árbol de la vida.

Enebro de Siria. En el cementerio turco de la ciudad de Kalekaya existe un ejemplar que alcanza un tamaño excepcional para los enebros, 40 metros de altura, por lo que puede considerarse como el enebro más alto del mundo.

Gingo biloba. Es considerado como el fósil arbóreo más antiguo al formar parte de la tierra desde hace más de 250 millones de años, por ello los chinos lo denominan alimento de los dinosaurios. El gingo se encuentra de forma original en los bosques montañosos de Chekiang (China). Es utilizado en la medicina tradicional china por sus atributos curativos.

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