Meditación

Desde hace varios siglos, las personas han utilizado la meditación como una de las formas de lograr la armonía interior.


Incluso las principales religiones del mundo (el budismo, el islamismo, el hinduismo) practican la meditación como medio para alcanzar la iluminación espiritual.
Esta técnica ayuda a ver lo que es real más claramente, sin ser perturbados logrando así la paz interior, la tranquilidad y la fortaleza. 
Por ello, la meditación permite mejorar la memoria y la concentración, ayuda a combatir los estados nerviosos como el estrés y reduce la presión sanguínea debido a la relajación que se logra. Mucha gente, mediante la meditación, incrementa su bienestar físico y mental, y han logrado vencer la depresión y diferentes adicciones (drogas, la cafeína o el alcohol).

¿Qué sucede cuando meditamos?
Durante la mayor parte del día, el organismo funciona en la longitud de onda Beta la cual ésta relacionada con acciones tales como pensar, planificar, concentrarse, resolver problemas y generalmente centrarse en el mundo externo y satisfacer sus exigencias.
El estado Beta no es particularmente negativo, desagradable o incómodo, mientras la persona no permanezca en él todo el tiempo.  A través de la meditación se logra cambiar esta onda Beta haciala Alfa; un estado que permite que la mente esté serena, despejada, libre de tensión y relajada. 

Beneficios en el organismo
Según varios estudios, se ha podido observar que aquellos enfermos con cáncer que practicaban mediación tenían una mejor evolución de su afección. Se cree que éste es el resultado de un cierto estilo de vida que la persona que medita va adoptando casi naturalmente.
A continuación se presentan algunos beneficios que se logra con la meditación:
En el aspecto psíquico:
  • Incrementa el desarrollo del pensamiento creativo, ya que permite acceder a los niveles inconscientes de la mente, donde nacen los pensamientos originales.
  • Aumento de la capacidad de la memoria. Esto debido a la facilidad de concentrarse que se logra con la meditación.
  • Fomenta el desarrollo espiritual, ya que la meditación ofrece una nueva manera de ver el mundo.
En el aspecto físico:
  • Desciende la tensión arterial y el ritmo cardíaco.
  • Optimiza el rendimiento físico
  • Fortalece el sistema inmunológico.
  • Retrocede el proceso de envejecimiento.
  • Recarga la energía perdida por el trabajo y la rutina.
  • Mejora la calidad del sueño.

La postura en la meditación
Una postura correcta es fundamental para la buena práctica de la meditación.  A continuación se presentan varias posturas básicas como las siguientes:
Postura sentada: En esta postura se puede usar una silla, taburete o banco. Se sienta con la espalda bien recta, se mantiene la cabeza y columna alineadas.   Luego se deja que las manos descansen cómodamente sobre las rodillas o sobre los brazos de la silla. En cuanto a los muslos deben estar paralelos al suelo.
Postura de piernas cruzadas: En esta postura se debe sentar en el suelo con las piernas cruzadas.  Sin embargo, no es necesario que se ponga los pies sobre los muslos a la manera de los yoguis indios, de hecho, se debería evitar, a menos que se esté muy entrenado en el yoga.
La espalda debe quedar bien recta y la cabeza y columna vertebral alineadas.  Las manos deben reposar sobre las rodillas. Si resulta más cómodo, se puede usar un cojín para sentarse.
Postura de rodillas: En esta postura se debe arrodillar en el suelo con las rodillas juntas, los glúteos sobre los talones y los dedos de ambos pies casi en contacto.  Se debe mantener la espalda recta y la cabeza y la columna vertebral alineadas. Las manos deben reposar sobre los muslos. Si desea puede poner un cojín sobre los talones y sentarse encima.
Postura tendida en el suelo: En esta postura se debe tender boca arriba sobre un una alfombra o una colchoneta. Las piernas deben estar estiradas, pero relajadas.  Se debe dejar los brazos descansar cómodamente a ambos lados del cuerpo. Esta postura no es la ideal para meditar, ya que puede que la persona quede dormida.

Recomendaciones para meditar
Antes de comenzar a meditar, es necesario tener en cuenta una serie de indicaciones que favorecerán su calidad:
El lugar seleccionado para meditar debe propiciar la relajación. Si no es posible disponer de una habitación para tal fin, puede elegirse un espacio pequeño y aislarlo con un biombo. Este espacio se destinará para la práctica diaria. En él se podrá quemar incienso, utilizar un difusor de aromas o poner flores frescas. 
Antes de iniciarse en la meditación, es conveniente efectuar ejercicios del control consciente de la respiración.  Para ello, se debe respirar de forma rítmica y profunda durante cinco minutos lo cual ayuda a relajarse y oxigenar el cerebro.
Al principio, se recomienda meditar durante períodos cortos de veinte minutos e ir incrementando hasta una hora. Igualmente, se aconseja realizar esta práctica todos los días a una determinada hora.
Se debe incorporar el «tema» que se haya elegido para meditar, ya sea un mantra (una palabra o frase corta en la que concentre y que esté firmemente arraigada en el sistema de creencias), un objeto o símbolo mental, etcétera, que se visualizará en el punto focal (centro del entrecejo o plexo solar),
Antes de terminar de meditar, el practicante debe respirar a fondo varías veces e ir moviendo lentamente las diferentes partes de su cuerpo para ir abandonando de forma gradual el estado de relajación. Nunca debe suspenderse la meditación bruscamente.

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