Musicoterapia
Desde de épocas remotas, la música ha sido utilizada como una técnica de curación y prevención de diversas enfermedades físicas y mentales
Los primeros registros del uso de la música con fines curativos datan de la época de la civilización egipcia. En algunos de sus papiros se hace referencia a la música como un remedio que favorece la fertilidad en la mujer, mejora dolores reumáticos y las picaduras de insectos.
En la Grecia antigua, Aristóteles y Platón se dedicaron al estudio de la música, ya que tenían la certeza que ésta era muy beneficiosa para aliviar procesos físicos largos y mejorar el estado psíquico del ser humano.
Incluso, se dice que Alejandro Magno recobró la cordura con la música de la lira y que el rey Felipe V, de tendencia depresiva, mejoró notablemente gracias al canto de Farinelli.
Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando la música fue aceptada como disciplina terapéutica utilizándose para el tratamiento de problemas como el autismo, la dislexia, el Parkinson, problemas de aprendizaje o comunicativos. En la actualidad, se aplica en muchos centros geriátricos, guarderías, hospitales psiquiátricos y clínicas privadas.
En qué consiste
La teoría de la musicoterapia se basa en que muchas enfermedades tienen su origen en el cerebro y que estimulando éste con la música se provoca un estado de relajación y bienestar que impide o reduce el estímulo que causa la enfermedad.
Trastornos con respuesta positiva al uso de la musicoterapia
- Insomnio
- Mala circulación sanguínea
- Depresión, ansiedad, estrés y dolores musculares
- Falta de concentración o memorización
- Drogadicciones y alcoholismo.
- Trastornos de la conducta alimenticia, como la anorexia y la bulimia.
- Hiperactividad
- Problemas del lenguaje o de la capacidad expresiva
- Autismo y la parálisis cerebral (combinando con la estimulación precoz y los ejercicios de psicomotricidad).
Sensaciones que cada tipo de música o sonido produce
- Sonidos graves Motiva el sueño
- Sonidos agudo Anima y eleva la energía aumenta los reflejos y el estado de respuesta;
- Mantras y sonidos de la naturaleza Calman, tranquilizan y ofrecen estabilidad
- Cantos indígenas, gregorianos y tibetanos Fomentan unión, relajan y transforman el pensamiento
- Himnos y marchas Estimulan y dan energía
- Blues y composiciones de Bach Promueven la concentración y la claridad mental
- Canciones románticas Incitar a la tristeza, melancolía y depresión
- Instrumental Estimula la armonía, tranquilidad y calma
- Rock Impulsa energía, pero también irritación e ira
- Mozart Mejora la memoria y el aprendizaje
Instrumentos aconsejados
Es importante observar que dependiendo del instrumento musical empleado también se genera una respuesta o sensación en la persona que recibe la musicoterapia. Por ejemplo, si se desea la relajación y el descanso, los instrumentos como el oboe, el clarinete y la flauta dulce son los más adecuados mientras que para estimular y animar nada mejor que la trompeta, el violín y la batería.
En una sesión de terapia musical, el profesional debe conocer el perfil de la persona (niños, ancianos, etc.) que se trata y la dolencia que sufre. Luego, debe descubrir qué música es la que se adapta mejor a la personalidad del paciente al que está tratando.
Los consultorios donde se aplica la musicoterapia suelen estar bien aislados e insonorizados para mejorar la audición. Igualmente, pueden contar con paredes acolchadas y colchonetas en el suelo y pintados con colores agradables.
Las sesiones pueden ser individuales o en grupos no mayores de 20 personas. La musicoterapia se aplica de diferentes formas; va desde la audición de piezas musicales a la creación o hasta la interpretación de composiciones por parte del paciente.
La musicoterapia y las diferentes horas del día y la noche
Dependiendo de las horas del día y de la noche y la dolencia del paciente, el terapeuta puede recomendar lo siguiente:
En la mañana Escuchar himnos y marchas, ya que ayudan a comenzar el día con impulso total al incrementar la energía.
Durante el trabajo y el estudio Escuchar las composiciones de Mozart. activan el chakra frontal del cerebro, estimulando el razonamiento lógico.
Durante las comidas En el almuerzo, se puede escuchar melodías eruditas, que calmen y ayuden a la digestión.
Durante la tarde Para poner fin a la somnolencia después de las comidas, se puede escuchar música de danza, que activan la adrenalina.
Durante una reunión de amigos a primeras horas de la noche El bossa nova y jazz facilitan la comunicación entre las personas, incentivan la producción de serotonina, que favorece el buen humor.
Durante la práctica de deportes o al hacer ejercicio La mejor opción son las canciones con ritmo fuerte y bien marcado, que impulsan los movimientos corporales.
Durante la meditación y el yoga La nueva era y mantras son los más adecuadas, ya que disminuyen la actividad cerebral y propician la relajación profunda, mejorando la concentración y el auto conocimiento.
Durante la hora del baño La música instrumental alivia la fatiga y el desprendimiento de la rutina.
Antes de dormir Escuchar sonidos de la naturaleza y músicas de arrullar relaja la mente y facilita la conciliación del sueño más rápidamente.
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